EL OCASO
Imagine a su gusto el ocaso
pero sólo el silencio y la soledad
son testigos de que las minúsculas ceras
no mueren con el digital y mecánico aplauso
ni con la niebla del desaliento
sino con el torrente que enturbia
una mirada sin senda
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Publicado el: 18-12-2005
Última modificación: 00-00-0000
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