Duende y drama tenía el breviario azul
del último confín de mis dilemas
y supe caminar
dejando atrás las huellas
del tiempo tempestuoso de mis penas.
En mi cielo llovieron soledades,
urgencias sin bandera
y el resplandor de soles y de estrellas
y en mi nuevo jardín la enredadera
desgajada de dulces y bondades.
Duende y drama tenía mi fe profana
de joven que se escinde en la pobreza
y así las cosas
llevando como escudo la tristeza
mis cuitas las rendí en la mañana.
Mis duendes me llevaron de la mano
a recorrer el bosque y la pradera,
las altas cordilleras…
el sueño del olvido mas siniestro
y aquel soplo tan cálido y humano.
Y hoy vivo sin dramas y sin duendes
la tira más azul de mi dilema
y sacudiendo asombros
de mi sudada frente
hoy le rezo a mi Virgen: ¡Macarena..!
Y me dicta la Virgen en mis sueños
los tiempos y las rimas de un poema
y tiro en los escombros
la sombra espiritual de tantas penas
y cierro así el ritual de esta faena.
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