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Esta soledad que se acrecienta entre estas cuatro paredes
y se acentúa en el desierto el insomnio de la noche
cuando más te siento, como te abrazas a mí y me
tomas entre mis frías sábanas, haciéndome perder
la voluntad, me vas poseyendo de a poco, desnudas
mi alma y me sientes tan tuyo, que te agrandas
y satisfaces con mi tristeza; cuando dejo entre mis
almohadas mi aliento, mis lágrimas, siempre regresas
tan señora, tan majestuosa doblegando ante tus pies
mi orgullo, mis deseos de libertad y el viento de mis
alas aprisionado entre tus manos; me arañas con tus
uñas, me envuelves en el olor de tu piel, de tus cabellos
tan posesiva, tan mujer que dominas a los hombres
y en tus redes nos haces perder, eres ese trago que
se va apoderando de los sentidos embriagando el
cuerpo hasta desfallecer sin fuerzas, sin nada que lo
pueda sostener, así es cuando acorralas y nos obligas
una y mil veces a perder... soledad…
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