Corre aun el sentir
en las venas
acariciando los latidos
del corazón
que agoniza de pena,
de impotencia
ante la tristeza
que se siente vivir
con la existencia
escondida en los sueños
para suavizar así
la voracidad
del hirsuto tiempo
que no sabe de ternura
Pero se bendice la claridad
que cada día alumbra
tenuemente la obscuridad
y hasta la lluvia que riega
el sendero que se transita
Porque siempre lloverá
en el jardín donde florecen
las fragancias que cultiva
el alma que ama..
Porque en la eternidad
se anida
el suspiro delicado
aliento de vida
Porque se ilumina el rostro
con la traviesa brisa
que el cabello acaricia
Porque se enternece
el corazón
ante la presencia del amor
como el alma se entremece
cuando se acerca el adiós...
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