Entre lamentos
las dudas siembran pánico
y amamantan la sed trivial
de un fracaso anunciado
No todo corazón
ama para siempre
ni siquiera
entre espigas de trigo
La dulce melodía
como emblema mediocre
ocupa un lugar preciso
en el corazón del hombre
dejándolo enjaulado
entre barras de hierro
El muro que a su lado
cercena aquellas sendas
con dureza, con escarnio
se hace patria
y los corazones
los de piedra
se amoldan, se suceden
sin sucumbir
ante una dura mirada
también de piedra
De piedra el corazón
el del hombre
el de los hombres
se hizo inercia
y pereció sin importar
que la caducidad
es parte de todo misterio
y de algún sueño
No digo que sea tarde
ni que el destino
augure nuevamente
corazones distintos
mas cercanos
mas humildes
lejanos de la piedra
porque al fin y al cabo
desde la misma muerte
hay quien piense
de distinta manera
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