Se rompe la palabra
cuando irrumpe el hastío
y los listos
los impenitentes listos
diseñan horrores
golpeando con saña
las palabras.
Las troquelan
a modo de serpientes
ocultando detrás
de los inertes verbos
la mentira más sutíl
y enervada.
Se rompe la palabra
con la desfachatez
de los soberbios
de los músicos ruidosos
que pululan indecentemente
por la política
la de plástico y papel.
Surgen de la nada
con discursos vacíos
con huecos en el alma.
Se rompe la palabra
en esas noches tristes
llenas de sombras
en el habla compulsiva
y atrevida
de horas y horas
inventando el error
que se hace acto y signo.
Se rompe la palabra, insisto,
se rompe la palabra.
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