Del baúl del ayer
me llegan gotas de tu escarcha
y mi cuerpo se rocía de tu amor.
Te afirmas
correteando por mis poros hambrientos,
te disuelves con mis afanes,
te transpiro,
te absorbo,
al unirnos al unísono
nos evaporamos.
En pequeñas briznas
surcamos el firmamento,
rozando las pasiones
en lluvia de plata
cubrimos montañas de nieve,
y nos derretimos juntos
mientras nace el verdor.
Somos río,
arrastrados a la deriva de la razón
de nuestros corazones.
(Despierto...tendida y cubierta de hielo:
te bebo gota a gota
humedeciendo mis sedientos labios,
recibo el agua del amor.
Apaciguas la sed que me ansiaba
e inundas mi pecho)
¡Sin agua no hay vida
y tú eres mi agua!
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