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Siento que hoy te pierdo
tras una leve nieblina,
y me duele toda el alma,
si te alejas de mi vida.
Eres mi única razón de vivir,
desde que fuiste concebida,
eres sangre de mis artérias,
que todo mi corazón vivifica.
Cuando anuncias tu llegada,
me lleno de gozo y alegría,
pero cuando te marchas niña,
me invade la tristeza infinita.
Regreso pronto a tu habitación,
y remiro todas las esquinas,
ya has volado, princesa mía,
busco tu aroma, trago saliba.
Una lágrima rueda por mi cara,
un día mas, voy a dejarte volar,
caminar por tu senda escogida,
como yo lo hice por la mía.
Ser madre es, dar amor cada día,
aunque me duela el corazón,
aunque nunca seas comprendida,
es darlo todo, dar-se sin medida.
Atrás quedan malos entendidos,
quiero ver en tu cara sonrisas,
que sientas mi caricia en tu sien,
y ese abrazo que nunca termina.
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