En este pueblo pequeño,
al tañir de la campana,
su constante resonancia,
me parece cada vez,
que sin yo saber te llama.
Dirás: por qué? para qué?
para acortar la distancia,
yo me pregunto al oirla,
adivinarás quién asi te ama?.
Aquí todo es silencio, paz..
inmensa quietud, calma,
sin ruidos, nada te alarma,
ni el pájaro trina,
ni el buey brama.
Poco a poco el tiempo pasa,
y yo sin quererlo casi,
hasta me atrevo a pensar,
y voy viendo, como la idea,
en el papel se plasma.
Quiero esculpir tu nombre,
a cincel o escarpia,
que no se borre nunca,
y sea para siempre,
música mágica de arpa.
No tengo tu voz,
mas resuena con fuerza,
cual eco en la montaña,
a veces me acuna,
otras ensordece el alma.
Ya no puedo oir
el toque de la campana,
al final llega,
la flor de la esperanza,
que de luto me engalana.
Deseándote soles nuevos,
y primaveras largas,
libres los pensamientos,
y que cortes tus amarras.
Que vivas cada isntante,
sin importar donde vayas,
con horizontes nuevos,
paz y amor en tu alma.
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