Mientras que le silencio ocupara tu alma y mis lágrimas
recorrerán las rocas del silencio, no todo estará perdido,
pues el ánima de mi interior vagara buscando un señuelo
de la verdadera felicidad.
Aunque el tiempo haya pasado y los ojos aun crean ver tu rostro,
a mente sabe que esa imagen es un oasis en el desierto de las páginas
del libro que intente escribir junto a ti.
No perdí nada, solo la cordura, ni el tiempo,
ni las palabras, sola la voz que no escuchas,
que hace eco en el universo oscuro de un sueño revocado por tu rostro.
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