Vivo en un lugar escondido al mundo,
un lugar que casi no figura en mapas
ni en historias, un sencillo lugar donde
el frió hace sus juego del vivir, un sitio
preciso para hacer posible lo simple.
Vivo en una casa de barrio suburbano,
un punto de equilibrio entre el sueño
y la pesadilla, entre gente capaz,
y gente con sueños rotos por la
ingratitud de años y años de esclavitud
de unos cuantos seres.
Vivo en un lugar donde la sonrisa
se contagia y la historia recién
se escribe, un lugar de esperanzas
y de lucha constante, un sitio que es
mi hogar y es el centro de un universo
que se admira en su gran lago.
Vivo en un pequeño oasis de árboles
y de pastos, de altura, de minas y de
pobreza, un sitio tan amable como el
más feliz de los cuentos de hadas,
el sitio aun vivo por la gratitud de Dios
a este pequeño rincón.
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