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Cuando sacan al Cautivo
los lunes en procesión,
todo el Pueblo va detrás
pidiéndole su perdón.
Los penitentes descalzos
detrás del Cautivo van,
en volandas con cariño;
unos rezan, otros lloran,
es el Cristo de los pobres
que lo quieren de verdad.
Unas veces van deprisa,
otras meciondele van,
por el puente de la Aurora
por donde suele pasar.
Suena al aire una saeta
con una voz desgarra,
para cantarle al Cautivo
que en la Alameda le esperan
horas enteras están
y poder verle de cerca
a implorar su caridad.
Le piden por los enfermos,
con esa fe de verdad;
¡tanto quieren al Cautivo!,
es el paso más querido.
Un silencio se respira,
los Malagueños lo quieren
ricos pobres, que más da.
Cuando pasean su trono,
muy orgullosos están,
es el paso del Cautivo
corren por verlo pasar.
Con mantillas muy lujosas
las mujeres le acompañan,
lo hacen todos los años
detrás del Cautivo van,
con el rostro entristecido
acompañándolo van,
hasta dejarlo en su trono,
con pena se marcharán.
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