Hoy hace algunas décadas
viste la carita deseada
de una bebé sonrosada
a la que llamaste Mabel.
Quiero agradecerte mamá
lo mucho que me has cuidado
siempre pendiente de tu niña,
al igual que mi papá.
Después de tantos años
tu recuerdo está latente,
fuiste un ejemplo a seguir
de valentía, amor y entrega.
Sé mamá qué estás conmigo,
también papá me visita.
Nuestros lazos son eternos
y por siempre así serán...
gracias mamá por tu alumbramiento.
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