En el silencio mas recogido
tuve una hermosa visión,
descendia de una acogedora nebulosa
entre estrellas amigas y complacidas.
Yo brillaba con Luz propia
diminuto brillante viajero
pasando armoniosa y resuelta
hasta llegar al planeta de acogida.
En este planeta Tierra
visioné grandes superficies,
planicies desérticas
y arboladas repletas de flores.
Pronto me ubiqué en mi cuerpo
y así caminaba serena
sonríendo y alegrando
a los afortunados y desdichados.
En la visión me ofrecian
caminar con paso firme
sin olvidar lo mas Sublime, lo Eterno
y las misiones encomendadas.
Poco a poco se completó este ciclo
sintiéndome una con el Universo
sabedora que mi inquieta alma
aprobecho bien el viaje programado,
dichosa de regresar a las estrellas
de donde partí, hace infinitos eones
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