Tengo envidia de las olas
que suaves mecen tu cuerpo.
Tengo celos de la brisa
que te acaricia en silencio,
tengo celos de las estrellas
que te miran sonriendo.
Y quisiera ser las olas
y quisiera ser el Cielo
y quisiera ser el viento
para cubrirte de besos.
Entre tu noche y mi noche
hay un camino de estrellas
que tú y yo recorrimos
mirándonos siempre en ellas.
Ahora sola, siempre sola
en las noches busco huellas
de tus pasos por el Cielo
entre huestes de mil colores.
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