Sumisas, frágiles e indefensas
presas del miedo dominante
sufridas mujeres en el anónimato
sin importar edad, ni condiciones.
A escondidas lloran de impotencia
solas se encuentran en el mundo
tan solo los golpes y las injurias
son sus compañeros de infortunio.
Mujeres que no se atreven
a denunciar tal salvajismo
por miedo a represalias
en sus carnes huellas marcadas.
Inhumano este proceder
de alguien que comparte su vida
con una pareja complaciente
y así les vá por la vida.
Revelémonos a estos cobardes
maltratadores de indefensas mujeres
tan solo son "gallos de pelea"
si ante ellos se accede.
Decir no a tiemepo es importante
al primer improperio,
al maltrato psicológíco
y al agudo dolor del alma.
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