En la inmensidad de la noche
he malgastado
la melancolia de la tarde.
Oscuridad de tu voz anaranjada
en lejanos mares diminutos.
Estatua de rocío en nuestras bocas
en las telarañas
emocionales de los recuerdos.
Hundura casi humana del crepusculo
donde gimen largos días
en la inmensidad grandiosa
de los dioses.
|