Luis Pérez rimaba y rimaba
en las páginas de poetavirtual
y la CATRINA lo espiaba
hasta que llegó el momento
y le guiñó las cuencas,
le coqueteó a Don Luis
y éste en sus brazos
redondito se arropó.
Ahora versifica para todos
en el lujoso panteón.
R.I.P.
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