No queda nada
ni una palabra siquiera
no habrá adíos ni despedida
ni llantos ni espera.
Sigo como adormecida
estoy y no estas
estas y estas tan lejos.
Ya no existe ni el amor
ni la alegría, ni aquel
beso dulce de tus labios.
No es tiempo de preguntas
ni de agravios, ya no queda nada
solo el eco sin respuesta
de una precencia que añoramos.
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