Yo también quiero de tí un cálido verso,
uno, donde se advierta nuestro paraíso,
ése en el que aflore soñando un deseo
y el protagonista sea nuestro destino.
Un verso donde te confieses adicta a mí,
donde el amor no conozca de silencios.
Yo también quiero un cálido verso de tí,
que cante, ría y se escuche con un beso.
Sigo soñando y espero que llegue ese día,
cuando atiendas a éste, mi sentido deseo.
Entonces, al tener lo que yo tanto quería,
te regalaré nuevamente un cálido verso.
|