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Igual que dos fuentes cristalinas,
tus manos abiertas fueron para mí,
igual que dos caudalosos ríos,
en ellas encontré amor y caricias finas.
Recuerdo hoy tus blancas manos,
qué fue lo que quedo de ellas,
dónde quedaron tus abiertas manos,
dónde están, que eran tan bellas.
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