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Creo que me estoy haciendo viejo,
ya me lo ha dicho alguna gente
y, sin siquiera hablar, el mismo espejo;
me estoy haciendo viejo, verdaderamente.
La nieve de los años decora mis cabellos,
pero no me pesa, lo acepto, es lógico.
No me preocupa empezar a volverme viejo,
porque es lo natural y de la vida lo bonito.
Se me olvidan las cosas, pierdo las llaves
y yo me pregunto, parado ante el espejo,
cómo el cristal no engaña y me da la clave
para saber que me estoy volviendo viejo.
Mis gustos, mis pensamientos y mis versos,
me acompañan siempre hacia donde yo voy.
Dejar de ser joven para ser viejo, es bueno,
me lo has dicho también tú, el día de hoy.
Te quiero amor, con todos mis años,
con los que cargas tú sobre tus espaldas;
te quiero, amor, lo digo sin empachos,
de principio a fin, con todas mis ganas.
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