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Desde Canadá hasta la lejana República de Argentina,
vives, mujer americana, tan diferente tu condición
de genéro, sabedora de tu realidad inequitativa,
siempre tratando de vencer la injusta sumisión.
Eres paisa o extranjera, pero siempre americana,
te vistes de colorido y tradición con tus raíces,
luchando por mantener tu identidad inmaculada,
esforzándote por no ser más, una mujer triste.
Lo mismo en México que en Honduras, que en Cuba
o Guatemala, que en Estados Unidos o el Paraguay,
tu voz, mujer americana, se eleva como la espuma,
al igual que en Panamá, Venezuela y el Uruguay.
Que tus ideas no sucumban y llegues a tus metas,
que sólo por ser mujer, del avance no te excluyan,
que el mundo sepa que tienes una gran fortaleza,
que nadie te reprima, que te respeten sin duda.
Mujer americana, siente orgullo y coraje por tí,
estés donde estés, en Colombia, Perú o Chile,
acaso en Bolivia, Ecuador o tal vez en Brasil,
allá o aquí, eres grandiosa, a todos eso diles.
No te apartes de tus hermanas, las indígenas,
no te olvides que en este nuestro continente,
todas ellas han hecho cosas admirables y buenas
y que si sifren, es por la apatía de mucha gente.
Mujer americana de Nicaragua, Costa Rica o Belice,
tal vez de El Salvador, para tí mi admiración,
que todos sepan quién eres, no lo que se dice,
que el mundo te aprecie, sin mayor explicación.
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