No me quieras frágil ni libertina,
no pretendas callarme ni esconderme,
no me quieras ni vulgar o catrina,
tampoco desees tu esclava hacerme.
Mejor déjame ser, no me obligues a morir,
permite que vuele y anide con libertad,
darte a tí gusto para que puedas escribir,
lo mismo de amor que de odio, de cariño o crueldad.
No me dejes morir, fíjate más en mí,
te he robado hoy tu espacio,
pero todo esto hago sólo por tí,
reflexiona en ello despacio.
Yo soy la palabra que en tí vive,
no me quieras frágil ni libertina,
quiero ser definitivamente libre,
nunca vulgar, jamás catrina.
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