De las trabajadoras manos de hábil artesano,
cobra forma y vida en un sencillo prendedor.
Aunque a todos extiendes cariñosa tus manos,
sólo niña de plata eres, en todo tu esplendor.
Viajas de aquí para alla, siempre sonriente,
en la solapa de un elegante y fino saco;
eres de plata, tu inocencia no pierdes,
tu cuna es un prendedor, objeto de regalo.
Niña de plata, tu sonrisa no es efímera,
tu fulgor la terrible oscuridad no aniquila;
paseas y sueñas, como lo hace tu dueña,
ella seria y tú, con tu sonrisa de muñequita.
|