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Que a nadie le quede la duda,
que todo el mundo aquí se entere:
la poesía no es palabra muda,
sino expresión de lo que se siente.
Este espacio alcanza para devotas cartas,
confidencias y verter lágrimas de adiós;
aquí hay penas negras de almas blancas,
un poco de mí, algo de tí, tanto de todos.
Aquí se descubre el secreto de las letras,
en versos tristes o cargados de futuro;
aquí se dice de todo en cortos o largos poemas
y se advierte el romance y su infortunio.
Sin palabras dichas, fluye el diálogo,
se vuelca entera el alma en disertaciones
y se derraman gotas de alquimia sin prólogo,
se le rinde culto a la musa y sus pasiones.
Este espacio alcanza para las revelaciones,
para escalar por el árbol del conocimiento,
para saborear sus frutos sin inhibiciones
y para vivir sublimes y bellos momentos.
Este espacio alcanza para rebelarse,
para gritar en contra de la injusticia,
hacer de la paz y el amor un estándarte
y rimar ilusiones plenas, sin avaricia.
Aquí la poesía es punto de partida y llegada
y está cargada de pasión y sentimientos,
porque sin duda, este espacio alcanza
para expresarnos libres, sin impedimentos.
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