una muñequita como de ensueño
la miraba desde el escaparate
mostrándole la dulzura que por los siglos queda
su carita de porcelana
sus ojitos un mar de cristal templado
un sombrerito de paja
cubriendo sus largos cabellos
y su vestidito de seda y encajes
digno ornamento para tan linda sonrisa de ángel
-mami mami
quiero esa muñeca
-no se puede hija mía
con esas muñequitas no se juega
y los años pasaron
y con ellos la inocencia
y las penas ocuparon el lugar de la muñeca
más un día regresó
por la calle del pasado
donde tras el viejo escaparate
la muñequita de los tiempos aún le sonreía
recordándole que con dulzura por los siglos todo queda
la alegría dió un vuelco
y sin pensarlo dos veces compró aquel su sueño de niña
más al llegar a casa
en el suelo se quebrantó toda su ilusión de infancia
lentamente se inclinó
sus ojos templados bajo los cristales de un mar abierto
y en sus manos tiernamente se acunaron
los restos que aún quedaban de una media sonrisa de ángel
no hace falta más
con media sonrisa basta
para mantener las cadenas que los sueños atan
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