cuando las sombras
van velando las laderas
hasta esconder el arrebol
del horizonte
un sentimiento de paz
invade nuestra estancia
adoremeciendo los ojos
con ternura
el cariño arropa el descanso
hasta formar un suave beso
en las pestañas
que hace brotar la dulzura
del semblante
y de los labios la brisa
que se envuelve
en un dulce
hasta mañana
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