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Maria*


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LA PESTAÑA ENCANTADA


Hace mucho, pero mucho tiempo cuando era joven y bella moza, comenzaron a usarse las famosas pestañas pixie. Estas eran tan gruesas y duras que mas que pestañas parecía que traía un tejaban integrado. Yo que siempre fui a la vanguardia de la moda no iba a quedar sin comprarme unas ¿verdad? Así que me las compré porque ese sábado había quedado de salir con un pretenso y quería verme mejor que de costumbre.
Recuerdo que cuando me puse las pestañas la comisura del ojo derecho no podía quedar adherida debido al calor que estaba haciendo ese mes de julio entonces se me hizo fácil agregarme más pegamento y al fin después de media hora quedaron mis ojos como de estrella aunque a decir verdad me sentía temerosa de parpadear no fuera a que se me pegaran los ojos y no pudiera abrirlos de tanto pegamento que llevaba puesto.
Cuando llegué al famoso “Maula Loa” ya me estaban esperando con mesa puesta y yo toda volada me sentía en las nubes pues eran mis primeros pininos en salidas.
La música comenzó a tocar y ni tardo ni perezoso el chavo me saco a bailar ¡uf! ¡Qué noche tan bella me esperaba! Todo a pedir de boca: música, lugar, romance...guau!! Cuando comenzamos a bailar juntitos , yo ya estaba en el cielo pues la cercanía de él me hacía sentir ñañaras en la barriga.
Quiso el momento que la música variara de ritmo así que la cumbia comenzó a tocar, no de mucho agrado me puse a bailarla sueltecita pero también me sentía más cómoda porque al mismo tiempo me dí cuenta como mis ojos se habían acostumbrado a las pestañas ( ya no me molestaban , incluso me sentía liberada de ellas)
De repente entre la penumbra pude verle en un cachete una mancha negra así como lunar peludo ¡guacálas! ¿Cómo era posible que nunca le hubiera visto ese “defectito”?¡qué asco! Me di la vueltecita para verle mejor la cara pero él se movía tan rápido que no lograba percibir el chicharrón que tenía en la cara.
Cuando de repente vi que lo que realmente traía, era mi pestaña pegada en la cara ¡qué pena me dio! , pero sobreponiéndome a la situación le dije con voz melosa: ¿me permites quitarte algo que tienes en tu cara? No sé que sea pero permíteme por favor. El por supuesto que dejo y me dice ¿ que es?¡ no es nada no te preocupes! ( ja!) Ya te has de imaginar la situación tan bochornosa, afortunadamente el no se dio cuenta de eso y yo salí avante con eso.


Maria*

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Publicado el: 05-11-2011
Última modificación: 00-00-0000


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