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Guadalupe (Pita) Amor |
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Adentro de mi vaga superficie... |
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| Adentro de mi vaga superficie se revuelve un constante movimiento; es el polvo que todo lo renueva, destruyendo. Adentro de la piel que me protege y de la carne a la que estoy nutriendo, hay una voz interna que me nombra; Polvo tenso. Sé bien que no he escogido la materia de este cuerpo tenaz... |
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escucha el poema en la voz de Guadalupe Amor |
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Guadalupe (Pita) Amor |
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Polvo (fragmentos I) |
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| y en polvo te convertirás.Génesis, capítulo 3, versículo 19 I Me envuelve el polvo, y me inquieta. ¿Por qué vendrá de tan lejos? Y ¿cómo en residuos viejos mundos pasados sujeta? -El polvo no tiene meta, ni principio habrá tenido; sé que siempre ha contenido, en su eternidad convulsa, la arcana fuerza que impulsa a lo que es y a lo que ha sido... |
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escucha el poema en la voz de Guadalupe Amor |
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Guadalupe (Pita) Amor |
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Polvo (fragmentos II) |
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| De lo gris me salí, y al polvoriento gris he retornado. ¡Cuanto yo concebí, sólo fue imaginado, que el realizar a mí me está velado! Va a perderse mi huella... Sólo soy llamarada del destino; una loca centella que tiene el desatino de pretender que el polvo sea divino... |
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Rodolfo Hinostroza |
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Del infante difunto |
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| La llamada de mi padre, alta como un penacho de plumas y al tacto como la pringamosa de aquellos baños. ¿Recuerdas? Las aguas ferrosas que calentaban tu cuerpo tenían colores, de serpiente plana, y la tierra se había descosido en sus espacios, y llevábamos nuestra infancia como un... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Hinostroza |
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Rodolfo Hinostroza |
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Relato de Otelo |
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| Sí, te amo! Y cuando no te amo vuelve otra vez el Caos Shakespeare Cierta vez, en Aleppo, sí, fue en Aleppo donde me desgracié con ese turco circunciso: le ceñí con sus propias babas, y su lengua morada escupió las plegarias, y así salvé mi vida. Esta vida que tan poco valía, y que... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Hinostroza |
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Rodolfo Hinostroza |
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Escena prima |
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| La cadenza en el fondo del jardín caballeros laberínticos la mano que deja caer la mierda se llena de rocío has escuchado este mismo canto en tu infancia llamados en los largos corredores I love you I hate you la avidez de la boca me ahoga Quiero Quiero Quiero morder despedazar... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Hinostroza |
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Rodolfo Hinostroza |
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Nudo borromeo |
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| Un hombre vaga durante numerosos años fuera de su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo. Aristóteles Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse Hay un río que duerme otro que murmura Aquí Clayton hablaba de Loutine Los dorados temblores de Diana en el patio... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Hinostroza |
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Rodolfo Hinostroza |
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Adolescente que despierta |
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| Una deliberación del ala y la tormenta es lo que cae cuando la agria balandronada de los sueños se pega al paladar y el muchacho despierta en la mañana penetrando el espejo con un grito. La estridencia que acecha en la materia de los violoncellos, el enemigo bosque turgente como una... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Hinostroza |
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Matilde Alba Swann |
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Grillo y cuna |
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| De un bosque donde crecen nomás cunas, mi madre cortó un columpio dulce, maduro para el tiempo primero de mi infancia. Juntó flores de luna dormidas en el agua, mi madre y me las trajo, con un azul silencio robado de algún sueño de río a ser mi canto. El viento entonces iba silbando... |
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escucha el poema en la voz de Odulina Sanuy Oliván |
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Matilde Alba Swann |
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He de irme... |
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| He de irme, dejando, mi ruego de piedad por los rincones, con mi pobre voz quebrándose y con mi cansancio, en alguna noche en que la luna llena se vuelque por mi cuarto. Silenciosamente y con la brisa última que aliente de mis labios, apagaré mi lumbre y saldré despacio, dispersando... |
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escucha el poema en la voz de Odulina Sanuy Oliván |
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Matilde Alba Swann |
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Nochebuena |
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| El fósforo, en la temblorosa manecita sucia, enciende la hoguera de un cohete travieso.Chispas... Chispas...Chispas... conmueven las latas, y agitan y avivan la carne yacida de un suelo de sombras... |
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escucha el poema en la voz de Odulina Sanuy Oliván |
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Matilde Alba Swann |
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Palabras a un Dios pobre |
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| No pondré mis zapatos, buen Dios, quiero que sepas, que creo en ti de veras. Tú sabes bien, si es cierto que estás en todas partes, que sin manos unidas y sin hincarme al suelo, contigo cuento siempre y en ti, vuelco mi gota de acíbar ya crecida. Te pienso un Dios pequeño, de mi... |
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escucha el poema en la voz de Odulina Sanuy Oliván |
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Matilde Alba Swann |
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Tan humano |
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| Tienes algo de montaña... A tu lado me he sentido leve y me he creído blanca. Sin reparo te he mostrado mis llagas y a tu cumbre nevada a veces traje barro, y hecha pedazos mi alma. Y he vuelto siempre limpia, y he vuelto siempre sana. Tienes algo de planta.. es tan fresca tu sombra... |
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escucha el poema en la voz de Odulina Sanuy Oliván |
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Pedro Salinas |
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Sin voz, desnuda |
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| Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las aguas de la bondad sin fondo, ni la perfidia, corvo pico. Nada. Sin armas. Sola. Ceñida en tu silencio. Sí y no , mañana y... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Busca, encuentro |
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| Llevo los ojos abiertos. No te veo, estás dentro de la niebla. Niebla: con el mirar no la aclaro, con la mano no la empujo, con el querer no la mato. Niebla. La mirada ¿para qué? y la voluntad, inútil. Llevo los ojos cerrados. No te veo, ya te siento, ya te tengo. Mía. Estás, estoy,... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Mar distante |
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| Si no es el mar, sí es su imagen, su estampa, vuelta, en el cielo. Si no es el mar, sí es su voz delgada, a través del ancho mundo, en altavoz, por los aires. Si no es el mar, sí es su nombre en un idioma sin labios, sin pueblo, sin más palabra que ésta: mar. Si no es el mar, sí es... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Luz de la noche |
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| Estoy pensando, es de noche, en el día que hará allí donde esta noche es de día. En las sombrillas alegres, abiertas todas las flores, contra ese sol, que es la luna tenue que me alumbra a mí. Aunque todo está tan quieto, tan en silencio en lo oscuro, aquí alrededor, veo a las gentes... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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La voz a ti debida (III) |
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| Sí, por detrás de las gentes te busco. No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. Por detrás de ti te busco. No en tu espejo, no en tu letra, ni en tu alma. Detrás, más allá. También detrás, más atrás de mí te busco. No eres lo que yo... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Qué alegría vivir... |
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| Qué alegría, vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo. Que cuando los espejos, los espías, azogues, almas cortas, aseguran que estoy aquí, yo, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios,... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Cuando cierras los ojos... |
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| Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no se oye nada. Me sobran los ojos y los labios, en este mundo tuyo. Para sentirte a ti no sirven los sentidos de siempre, usados con los otros. Hay que esperar los nuevos... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Pedro Salinas |
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Se te está viendo la otra... |
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| Se te está viendo la otra. Se parece a ti: los pasos, el mismo ceño, los mismos tacones altos todos manchados de estrellas. Cuando vayáis por la calle juntas, las dos, ¡qué difícil el saber quién eres, quién no eres tú! Tan iguales ya, que sea imposible vivir más así, siendo tan... |
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escucha el poema en la voz de Pedro Salinas |
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Antonio Porpetta |
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Monólogo con Mozart en tarde de lluvia |
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| Quiero decirte, Wolfgang Amadeus, hermoso y fiel amigo, que esta tarde de lluvia me han hablado todos tus violoncelos: comentaban aquellos viejos días de salitre tan ebrios en la ausencia, tan repletos de arena y soledades, tan siempre regresados. Quiero decirte, Wolfgang Amadeus,... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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El amor |
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| Ella duerme despacio con un lento galope de gacelas reclinado en su frente. Es hermosa como una fruta fresca, como un ágata, como un tallado capitel. Escucho la lejana andadura de sus párpados, el navegar inmóvil de su olvido, su exacta placidez de hierbabuena. Una fragancia leve de... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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Donde las manos de la amada, con su destreza, protagonizan una hermosa aventura |
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| Hablan, cantan, respiran, amanecen. Vuelan, indagan, dudan, se cobijan. Averiguan, descubren, se apresuran. Amurallan, acechan, se confían. Avanzan, acometen, se detienen. Disimulan, conspiran, se deslizan. Prosiguen, se demoran, permanecen. Acosan, se apoderan, domestican... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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Los Arcángeles |
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| Llegaron los arcángeles. Se supo que llegaban por una luz dorada que se esparció en la noche, cuando los sueños labran manantiales en la yerma memoria de las gentes. Podían escucharse sus pisadas de luna entre los árboles, el rumor de sus voces delgadas como espigas, y eran de ver... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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Las sirenas |
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| Vieron llegar la nave: como siempre elevaron sus cánticos pianísimos, sus murmullos de lluvia y arboleda que un céfiro brumoso llevaba lentamente a las sienes morenas de los hombres, allí, donde se oculta el desconsuelo y remotos paisajes se atesoran con el secreto brillo de su... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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Los suicidas |
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| Suicidarse en el mar es como desnacerse en el claustro materno, es como retornar a la tibieza de la verdad primera, redescubrir el hálito fugaz que nos perdura, quizás la certidumbre de que también el fin puede ser una forma de empezar. Hay suicidas muy torpes: tienen prisa en sus... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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Antonio Porpetta |
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Los ángeles del mar |
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| Los ángeles del mar, cuando llega la noche, arrastran suavemente a los ahogados hasta playas amigas, y allí limpian sus cuerpos de algas y medusas y peinan sus cabellos con esmero para que no parezcan tan difuntos y sus madres, al verlos, no piensen en la muerte. A veces depositan... |
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escucha el poema en la voz de Antonio Porpetta |
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José Antonio Cedrón |
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Pequeña cosa |
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| Si no tuviera alas como tiene si no hablara y cantara si no fuera de fiesta de velorio si no amara tus piernas como ramas de un niño si no tuviera acaso componentes políticos estaría diciendo que el corazón es sólo el corazón no esta mancha que cambia pasos bodas y viajes no este... |
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escucha el poema en la voz de José Antonio Cedrón |
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José Antonio Cedrón |
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Corazón |
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| No los dejes que entren que respiren que se levanten al aire de tu paso que ocupen tu lugar no los dejes voltear a esa ventana hacia esos ojos que miraron lejos hacia la sombra por no tener sombra hacia esa nube que cayó sin ruido queriendo el temporal. No, no te dejes herir armate... |
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escucha el poema en la voz de José Antonio Cedrón. Canto Raquel Oyola y Rodolfo Taubas. |
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José Antonio Cedrón |
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Carta a casa |
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| Ayer te pensé o soñé que estabas en casa y te pensé o soñé como eras hace mucho bajo un cielo que era también como hace mucho esas cosas de hombre de niño que uno tiene te soñé como eras cuando yo no era éste y te pensé después y anduviste girando en mi cabeza durante todo el día... |
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escucha el poema en la voz de José Antonio Cedrón |
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José Antonio Cedrón |
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El espacio sombreado |
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| Sólo hay un hombre que habla de otras cosas. Por ejemplo hay un hombre que habla de una calle de un apellido suyo que llegó en algún barco de una mujer morena que se perdió en su almohada de un líquido morado que en sus alas llega como una carta hasta su casa. Nada que ver aquí con... |
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escucha el poema en la voz de Rodolfo Taubas |
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José Antonio Cedrón |
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MCMLXXXIII/5 |
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| En esta casa alguien vivió antes, y antes. Dejó clavos de punta en las paredes la forma de sus manos en un viejo jabón olores a tabaco, en el lavadero sucio. Huellas poco confiables. Vivió esperando un ruido que lo llame desde el amanecer? Lo imaginó esperando? Lloró también de... |
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escucha el poema en la voz de José Antonio Cedrón |
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Rosario Castellanos |
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Día del esplendor y la abundancia... |
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| Día del esplendor y la abundancia. La cosecha me pesa sobre la falda. Abrid puertas, amigos, y ventanas convidando las gentes a mi casa. Dad a todos el pan, la posada. No ahuyentéis las palomas si bajan... |
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escucha el poema en la voz de Rosario Castellanos |
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Alberto Blanco |
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El pinzón real |
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| Un salmo cadencioso peina el bosque De raya en medio: la luz solar sobre las hojas y el abrigo de la sombra en un costado. Hay un eco ancestral en la salmodia de los pinzones reales: el otoño tiene sus plumas propias y el color de los corazones que se despiden. Caen las hojas y se... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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Los azulejos |
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| Los espejos no cantan como antaño y el espacio no es más que una lágrima corriendo desde los ojos hasta el sueño cuando nos dan una mala noticia Como cuando se embarca la tristeza en una discusión sin más razón de ser que una súbita parvada de reflejos a un cambio en la dirección... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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Los pericos |
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| Hablan todo el día y entrada la noche a media voz discuten con su propia sombra y con el silencio. Son como todo el mundo9472;los pericos 9472; de día el cotorreo, de noche malos sueños. Con sus anillos de oro en la mirada astuta, las plumas brillantes y el corazón inquieto por el... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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El zenzontle |
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| Lo sostiene el camino: El mundo está en llamas, ¡y tú estás riendo! Y la ceniza de la imagen desciende lentamente del agua del cielo. En tiempos de la luna gris se asoma a los espejos de cola blanca y negra. Su reflejo es una leyenda que habla de otro tiempo: de largos días sin... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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Los gorriones |
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| Bajan de nueva cuenta hasta el jardín bajan en grupo, solos, en parejas en busca de semillas o de pan, de agua fresca, de frutos o de insectos pero los amilana una mirada. Siguiendo loa atávicos auspicios de su naturaleza, los gorriones alzan el vuelo y tímidos se posan en los cables de luz... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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El jilguero |
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| El natural cansancio del jilguero rinde sus frutos en el crepúsculo: se posa en un alero o en una rama y entra temblando levemente al sueño. Su cuerpo es tan sutil y delicado como la carne de los dioses pueriles o bien como las notas más sedosas que la viola es capaz de sostener... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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Los petirrojos |
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| Con la puesta del sol los colorines cantaron: de todos los puntos cardinales convergieron los petirrojos en la almendra. Paulatinamente llenaron con sus cuerpecitos las ramas duras y secas del otoño. Las jacarandas en tonos menores y las nubes sonrojadas... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Efraín Bartolomé |
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Cartas desde Bonampak |
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| Llueve. Llueve desde hace días. Hoy desperté con una sensación de tibia soledad. Desde mi hamaca escucho el chasquido parejo de la lluvia. Días atrás los chicleros mataron un gran tigre: me dolió, pero me gustaría llevarme la piel para que en ella duermas. Ayer salí a caminar bajo la lluvia... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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Ala que no vuela |
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| Para Gertrude Duby I Aquí la selva Larga la soledad con que nos nutre Hora de lentos pies donde el puñal se hunde Raíz de luna helada sus venenos más fuertes Aquí el árbol anclado en el asombro: lagunas congregadas al silbo de serpientes El saraguato rasca su viejo cuerpo El... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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Valle de Ocosingo |
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| El peso del silencio El valle que se aleja de sí mismo a galope Hoy vine a ver esta distancia que se fuga escondida tras el oro del día Qué hermoso espejo el sol para el valle extendido Vaga el pensamiento al ras de los potreros Desciende el alma culebrita a la canción del valle Un sonido de grillos ecos pájaros rasga la piel ... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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Donde habla la ceniza |
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| Con regusto de ciervo entre las fauces el puma tiene sed Su pupila apuñala el corazón del aire Todo futuro es verde Entrar ahí Dejar en las espinas la piel y la memoria Ser sobre el humus sol que se arrastra y trastorna su espina dorsal como los gatos Entrar hasta que no se note si es sangre o clorofila... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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Corte de café |
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| Miro la masa verde desde el aire Hierve Es una masa informe que se agita en un sueño difícil inquietante Tiembla la furia verde El sueño manotea viscosidades tiernas Tiernos odiosSu ciega cerrazón de verde espuma herida. II Desde los troncos verdes de los árboles... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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El agua desdichada |
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| Todo quiere ser agua Quiere licuarse la montaña entera Las atalayas hunden en el río sus leves pies calcáreos Quemados por la boca espumeante del calor los cactos arden amando ya su polvo su ceniza que un día descenderá sobre las aguas Se quieren agua el lirio y la sombra y la piedra... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Efraín Bartolomé |
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Ala del sur |
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| La gran selva dormida: gritos bramar de monos crujir de ramas leves y un silencio magnífico después Desde la fronda un billón de ojos miran el estrellado cielo: su reflejo El ancho río fluye como una vena dulce en la espesura La densa noche tropical y su vaho amoroso bajo la blanca... |
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escucha el poema en la voz de Efraín Bartolomé |
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Alberto Blanco |
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Los búhos |
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| Detrás de cada nube, de cada monte de cada copa, de cada rama hay búhos en la noche. Se esconden en el humo de las pipas. Se alimentan de malentendidos y estrellas de neón. En la oscuridad se pueden confundir lo mismo con esas cenizas que con sus sombras. Con los faros gemelos de sus ojos... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |
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Alberto Blanco |
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Los mirlos |
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| El canto de los mirlos compuesto en la quietud es como un pensamiento. Por momentos parece crecer para luego concentrarse en su puntual irradiación. Si se le presta atención cada pétalo de sonido convoca a su contrario. Se diría que este silbido es tan sólo la mitad de una canción inaudita... |
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escucha el poema en la voz de Alberto Blanco |